03 diciembre, 2006

"Los chicos deben salir de la escuela con un proyecto propio"

Entrevista con un pedagogo español
"Los chicos deben salir de la escuela con un proyecto propio"

Fernando González Lucini presentó la llegada de la editorial Edelvives al país

"Entre tanto vocabulario técnico, la educación debe recuperar las preguntas sencillas. Y la primera de ellas, precisamente, es: ¿qué es educar?"

Con ese interrogante básico, el maestro y pedagogo español Fernando González Lucini reivindica la enseñanza de valores que permitan recuperar una misión muchas veces olvidada en la escuela: conseguir que los alumnos, más allá de la adquisición de conocimientos, puedan egresar con un proyecto de vida propio.

"Paulo Freire decía que educar es humanizar. Y el desafío de hoy es humanizar, curiosamente, en un mundo deshumanizado. Los chicos tienen que salir de la escuela sabiendo para qué vivir", reflexionó el pensador español, en un diálogo con LA NACION.

González Lucini visitó Buenos Aires para presentar la llegada al país de la editorial española Edelvives, que competirá en nuestro medio con el respaldo de 100 años de trayectoria en el campo educativo y cultural. Se trata de un grupo editorial identificado con el espíritu de Marcelino Champagnat, fundador del Instituto de los Hermanos Maristas, que promueve la difusión de la cultura mediante la creación de libros orientados a la infancia y la juventud. El catálogo comprende desde textos clásicos de literatura (Bécquer, Antonio Machado y Juan R. Jiménez, entre otros) hasta libros de texto para el alumno, recursos para el docente y material complementario para el aula. Algunos de los libros de González Lucini llegarán próximamente. Pero él trajo bajo el brazo uno de sus últimos trabajos: un pequeño libro dedicado a la "reivindicación de la ternura".

Los buenos valores

"A los chicos se los puede formar en los valores del mercado (el consumo, la eficacia, la rentabilidad, el lucro) o en los valores del corazón, que forman un proyecto más humanista", afirmó González Lucini, convencido de que la enseñanza en valores debe comenzar en los institutos de formación docente.

Grandes ideales universales, como la igualdad, la libertad, la democracia, la paz, la justicia, dijo, se nutren de pequeños valores (responsabilidad, sacrificio, esfuerzo) y ésa es la esencia para que no pierdan sentido. "Un joven se asombraba y se preguntaba por qué muchas veces se celebra el Día de la Paz y el mundo está cada día peor, con más guerras", confió el autor español.

"Entre esos valores que debemos rescatar está la ternura, constitutivo de la identidad humana y muy maltratado en la sociedad. Se le ha puesto género -femenino-, se lo infantiliza y se lo aleja del modelo masculino, caracterizado por la fuerza y la agresividad, cuando el ser humano, sin distinción, tiene una gran capacidad de ternura", explicó el pedagogo y escritor.

A eso se suma, lamentó, que "las mujeres quieren imitar el modelo masculino". Y potenció su visión con el siguiente pensamiento: "La ternura es un muro de contención que previene la violencia".

"Si recuperáramos la ternura en la educación, recuperaríamos la pedagogía de la esperanza. Y ello generaría un comportamiento humano que nos llevaría a una sociedad más justa y solidaria", advirtió.

González Lucini confesó que una de sus frases preferidas es la que dice que "la solidaridad es la ternura de los pueblos". La escuchó en distintas ocasiones, atribuidas a Pablo Neruda e, inclusive, al líder guerrillero Ernesto Che Guevara. "No importa quién la dijo. Lo cierto es que encierra valores humanos muy profundos y confirma que el compromiso de la ternura es auténticamente revolucionario".

Una forma de promover estos valores en la escuela, señaló, es través de la presencia de profesores que trabajen en el aula con lenguajes poéticos, música, sentimientos, al margen de los contenidos en los planes de estudio.

"Los valores generan derechos, los derechos generan deberes y éstos general normas, Hoy el ambiente conspira contra los valores. En la escuela habría que hacer una lectura crítica de la realidad. Hay que dar criterios, que no es adoctrinar. Si los criterios están ausentes y todo vale,se llega a la inseguridad con que viven hoy los adolescentes. No podemos esperar que comprueben motu proprio que la cocaína los destroza."

Mariano de Vedia



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