03 diciembre, 2006

Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Una jornada para pensar en la integración

En la Argentina persisten varias deudas; hay legislación adecuada, pero no se cumple o no se controla



Seamos realistas: hay poco para celebrar. ¿Por qué no utilizar la fecha, entonces, como un día de reflexión y de reclamo de lo mucho que falta lograr?

Hoy se recuerda el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, pero nuestro país está muy lejos de poder festejarlo. Por eso, quienes padecen alguna discapacidad y los que trabajan con ellos decidieron hacer de este día un momento para reclamar la igualdad de oportunidades.

La mayoría de los medios de transporte no están adaptados. Sólo una de cada cuatro personas con discapacidad trabaja. Apenas un tercio de los niños y adolescentes con discapacidad reciben educación dentro del sistema educativo, y de ese tercio, a su vez, sólo el 24% concurre a la escuela común, en calidad de integrados, según la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa.

Las leyes existen, pero por negligencia o por ignorancia no se cumplen. La lista podría seguir: las cuentas pendientes son varias. Sin embargo, este año varias organizaciones decidieron unir sus esfuerzos y presentaron un crítico documento sobre la falta de tratamiento del tema de la inclusión de niños con discapacidad al sistema común en el debate de la nueva ley federal de educación.

"Este proyecto de ley no solucionará la marginación, el dolor y el irremediable menoscabo a la autoestima de los niños y niñas con discapacidad, privados de llevar una vida como la de cualquier otro chico, condenados al aislamiento para siempre. Sólo una educación obligatoria de calidad permitirá luego el acceso a la educación terciaria o superior o a un trabajo digno", asegura el comunicado que firman la Asociación para el Desarrollo de la Educación Especial y de la Integración (Adeei), la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (Asdra), la Fundación Par y la Asociación para la Defensa del Discapacitado, entre otras.

Ellos piden que la nueva ley nacional de educación asegure que todas las escuelas sean inclusivas y accesibles. Para lograrlo, dicen, los programas de formación docente deben preparar a los futuros maestros y apoyar a los que están en actividad. El sistema educativo deberá, también, contribuir a aumentar la conciencia de toda población.

Según un estudio de la Fundación Rumbos, sólo el 22% de las escuelas brinda alguna accesibilidad, sobre un total de 438 relevadas por Infraestructura Escolar del gobierno porteño. Esto implica que 1445 niños, que podrían estar integrados, son excluidos por inaccesibilidad edilicia.

El cambio pendiente

"Hay legislación que puede ser considerada progresista, pero de nada sirve si no hay órganos de control y un Estado que se preocupe", lamentó la directora de Fundación Par, Marina Klemensiewicz.

La semana última, en el seminario "Un mundo accesible. Un mundo integrado. Accesibilidad en el transporte público", el titular de la Comisión de Discapacidad del Arzobispado de Buenos Aires, Pablo Molero, aseguró que la gran dificultad que existe es que el transporte no es accesible para quienes tienen que usarlo diariamente.

"Siguen faltando políticas claras para que la integración laboral sea una realidad", señaló la directora del programa Empleo con Apoyo para la integración de jóvenes con discapacidad mental de la Fundación Discar, Marta Mendía.

Sin embargo, no todo es oscuro: "Es todo un logro poder decir que hubo un cambio de actitud en las empresas. Antes, nosotros proponíamos la posibilidad de integrar a una persona y en estos últimos años son las empresas las que nos llaman", agregó . Aunque integraron a más de 140 personas con discapacidad, en comparación con los números del mundo laboral, los porcentajes son mínimos.

Quienes realizaron un relevamiento de la Fundación Par se asombraron por el escaso conocimiento de sus derechos que tienen las personas con discapacidad. Y la discriminación también llamó la atención: el 94,4% de las 2357 entidades consultadas lo señalaron como el principal problema en relación a la discapacidad. Falta mucho, eso está claro. Pero el verdadero cambio empieza por cada uno. Y es ahí donde podemos aportar nuestro granito.

Por Cynthia Palacios
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/864409

Desempeño bajo presión

Por Ignacio Marseillan
Para LA NACION


Los cambios producidos en las estructuras organizacionales en los últimos veinte años han llevado a una modificación en el estilo de trabajo y en las competencias requeridas de los ejecutivos. Esto podría dar la idea de que se trabaja más desorganizadamente aquí o de que no se pone la mira en los temas clave. Lo que es seguro es que podemos afirmar que han cambiado tanto la forma de trabajar como los requisitos necesarios para que el ejecutivo pueda tener un buen desempeño dentro de la empresa.

Antes del inicio de las fusiones de empresas, hacia mediados de los 80, la seguridad laboral y la identificación con el lugar de trabajo eran valores fuertes de la cultura empresaria, lo que resultaba en una baja tasa de cambio del ejecutivo de una empresa a otra. Los 90 marcaron un cambio drástico en la forma del empleo, en la que la lealtad y el sentido de pertenencia empleado-empresa disminuyó.

A su vez, hasta ese momento, en las compañías multinacionales se les daba libertad a sus filiales para decidir sobre estrategias, productos y otras variables íntimamente relacionadas con el desarrollo del mercado local. Sin embargo, a partir de la profundización de la globalización y ya en el siglo XXI, el nivel de autonomía de muchas de estas filiales ha disminuido acentuadamente.

Hoy en día, las llamadas estructuras matriciales hacen que los ejecutivos dediquen más horas del día a la negociación y al convencimiento de sus superiores y pares internos que al foco exclusivo en la competencia o en el mercado.

Esto trae aparejado el trabajo de los individuos sobre nuevas habilidades requeridas para desarrollar y poder trabajar en este nuevo escenario y no caer en la frustración. Capacidad de negociación y persuasión, habilidades de comunicación, manejo de relaciones interpersonales y capacidad de empatía son algunos de los requisitos requeridos hoy en día.

En América latina siempre han existido vaivenes económicos y otras presiones que hacen que los ejecutivos deban dedicarle un tiempo adicional a su jornada diaria. Durante muchos años se ha trabajado en un contexto cambiante y de mucha demanda.

Como tendencia, se observa ahora la inclusión de un horario más flexible, con una dedicación mayor que involucra la extensión del trabajo hacia otros ámbitos de la vida de los ejecutivos. Así, la actividad de los altos mandos no termina al dejar su oficina, sino que se amplía progresivamente para incluir también los viajes, los encuentros de negocios y las actividades socio-deportivas. El autor es socio de SpencerStuart.


Saber sin saber
Por Guillermo Jaim Etcheverry



Nos dicen que ingresamos a la sociedad de la información y del conocimiento. Nos señalan que progresan los países que invierten en educación. Se alaba la creatividad científica y el desarrollo de la tecnología que de ella resulta. Sin embargo, al mismo tiempo que parece adjudicarse un lugar tan privilegiado al conocimiento se acentúa el descrédito social de la actividad intelectual que lo sustenta. Lo importante parecen ser las habilidades operativas, cómo hacer las cosas. Lo meramente instrumental prevalece por sobre las capacidades creativas, que, lógicamente, no dejan de estar presentes en el discurso contemporáneo. No se advierte, precisamente, que es en la desprestigiada actividad intelectual donde se asienta toda posibilidad de saber.

La búsqueda intelectual, en cualquier campo de que se trate, parece ser considerada algo secundario, un ejercicio para parásitos, desvinculado de la realidad social. No se comprende que cualquier posibilidad de modificar esa realidad se basa, precisamente, en el desarrollo intelectual del ser humano y surge del hábil manejo de conocimientos concretos, ya que las innovaciones no aparecen de la nada sino que resultan de asociar esos saberes.

Olvidamos que la aspiración por saber es la responsable del estado actual de nuestro conocimiento acerca de la realidad que nos rodea. Una pura curiosidad, una atrevida exploración de nuestra capacidad para lograr identificar sus límites. En un reciente estudio, el filósofo Frank Furedi se pregunta: “¿Dónde han ido todos los intelectuales?”. Y plantea lúcidamente esta paradoja central de la cultura contemporánea: idolatrar los productos tecnológicos generados por una actividad intelectual que se desprecia. Hasta los propios intelectuales, sostiene Furedi, temen destacar la trascendencia cultural y práctica de su búsqueda de la verdad. En lugar de afirmar en ella su autoridad, parecen mucho más interesados en demostrar su relevancia, accesibilidad y cercanía a la opinión popular. El origen del conocimiento en la actividad intelectual se vuelve así cada día más confuso. Por eso, se descalifica al maestro que enseña algo buscando desarrollar habilidades intelectuales. Cuando el deseo de conocer deja de estimular la imaginación cultural, la posición social del intelectual comienza a perder sus cualidades singulares.

Ante este predominio del mero valor instrumental de uso por sobre el interés en el logro intelectual, la educación resulta herida de muerte. Ese desarrollo intelectual, fundamento de la sociedad en la que pretendemos vivir, resulta difícil de alcanzar, supone esforzarse y superar fracasos. El horror contemporáneo a lo complejo y la desvalorización del esfuerzo –inseparable de todo intento serio de desarrollar cualquier capacidad del ser humano– contribuyen de manera decisiva a este estado de cosas. Quienes se destacan en la actividad intelectual son, en general, poco reconocidos y hasta ridiculizados. Para peor, el objetivo superior de la educación es evitar frustraciones, lo que hace perder a los jóvenes la posibilidad de comprender mejor sus propias vidas mediante la laboriosa exploración de lo mejor que nuestra cultura les puede ofrecer. El desafío es hacer accesible a todos eso “mejor” y no dejarlo en las sombras para evitar supuestas frustraciones.

Servir a la sociedad supone contribuir a que al menos los intelectuales preserven la inteligencia crítica, mantengan alguna distancia de las tareas cotidianas y privilegien los valores últimos por sobre los inmediatos. De allí que el riguroso desarrollo del intelecto de nuestros jóvenes sea la mejor contribución que podemos hacer al futuro. Transformar usuarios ignorantes en creadores activos es una responsabilidad que no deberíamos rehuir, como lo estamos haciendo con creciente entusiasmo al desprestigiar la labor intelectual. Pretendemos ignorar que en ella reside el fundamento mismo de la sociedad del conocimiento en la que decimos querer vivir.

* El autor es educador y ensayista
revista@lanacion.com.ar


http://www.lanacion.com.ar/862852

"Los chicos deben salir de la escuela con un proyecto propio"

Entrevista con un pedagogo español
"Los chicos deben salir de la escuela con un proyecto propio"

Fernando González Lucini presentó la llegada de la editorial Edelvives al país

"Entre tanto vocabulario técnico, la educación debe recuperar las preguntas sencillas. Y la primera de ellas, precisamente, es: ¿qué es educar?"

Con ese interrogante básico, el maestro y pedagogo español Fernando González Lucini reivindica la enseñanza de valores que permitan recuperar una misión muchas veces olvidada en la escuela: conseguir que los alumnos, más allá de la adquisición de conocimientos, puedan egresar con un proyecto de vida propio.

"Paulo Freire decía que educar es humanizar. Y el desafío de hoy es humanizar, curiosamente, en un mundo deshumanizado. Los chicos tienen que salir de la escuela sabiendo para qué vivir", reflexionó el pensador español, en un diálogo con LA NACION.

González Lucini visitó Buenos Aires para presentar la llegada al país de la editorial española Edelvives, que competirá en nuestro medio con el respaldo de 100 años de trayectoria en el campo educativo y cultural. Se trata de un grupo editorial identificado con el espíritu de Marcelino Champagnat, fundador del Instituto de los Hermanos Maristas, que promueve la difusión de la cultura mediante la creación de libros orientados a la infancia y la juventud. El catálogo comprende desde textos clásicos de literatura (Bécquer, Antonio Machado y Juan R. Jiménez, entre otros) hasta libros de texto para el alumno, recursos para el docente y material complementario para el aula. Algunos de los libros de González Lucini llegarán próximamente. Pero él trajo bajo el brazo uno de sus últimos trabajos: un pequeño libro dedicado a la "reivindicación de la ternura".

Los buenos valores

"A los chicos se los puede formar en los valores del mercado (el consumo, la eficacia, la rentabilidad, el lucro) o en los valores del corazón, que forman un proyecto más humanista", afirmó González Lucini, convencido de que la enseñanza en valores debe comenzar en los institutos de formación docente.

Grandes ideales universales, como la igualdad, la libertad, la democracia, la paz, la justicia, dijo, se nutren de pequeños valores (responsabilidad, sacrificio, esfuerzo) y ésa es la esencia para que no pierdan sentido. "Un joven se asombraba y se preguntaba por qué muchas veces se celebra el Día de la Paz y el mundo está cada día peor, con más guerras", confió el autor español.

"Entre esos valores que debemos rescatar está la ternura, constitutivo de la identidad humana y muy maltratado en la sociedad. Se le ha puesto género -femenino-, se lo infantiliza y se lo aleja del modelo masculino, caracterizado por la fuerza y la agresividad, cuando el ser humano, sin distinción, tiene una gran capacidad de ternura", explicó el pedagogo y escritor.

A eso se suma, lamentó, que "las mujeres quieren imitar el modelo masculino". Y potenció su visión con el siguiente pensamiento: "La ternura es un muro de contención que previene la violencia".

"Si recuperáramos la ternura en la educación, recuperaríamos la pedagogía de la esperanza. Y ello generaría un comportamiento humano que nos llevaría a una sociedad más justa y solidaria", advirtió.

González Lucini confesó que una de sus frases preferidas es la que dice que "la solidaridad es la ternura de los pueblos". La escuchó en distintas ocasiones, atribuidas a Pablo Neruda e, inclusive, al líder guerrillero Ernesto Che Guevara. "No importa quién la dijo. Lo cierto es que encierra valores humanos muy profundos y confirma que el compromiso de la ternura es auténticamente revolucionario".

Una forma de promover estos valores en la escuela, señaló, es través de la presencia de profesores que trabajen en el aula con lenguajes poéticos, música, sentimientos, al margen de los contenidos en los planes de estudio.

"Los valores generan derechos, los derechos generan deberes y éstos general normas, Hoy el ambiente conspira contra los valores. En la escuela habría que hacer una lectura crítica de la realidad. Hay que dar criterios, que no es adoctrinar. Si los criterios están ausentes y todo vale,se llega a la inseguridad con que viven hoy los adolescentes. No podemos esperar que comprueben motu proprio que la cocaína los destroza."

Mariano de Vedia



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Reúnen testimonios de 80 escritores en audio y video
La colección está disponible en la Red

http://www.audiovideotecaba.gov.ar/areas/com_social/audiovideoteca/

Hace dos años, la voz y el pensamiento de una treintena de escritores argentinos comenzó a instalarse en la Red, a través de un portal de audio y video recientemente presentado en el Centro Cultural Recoleta. Se trata de la Audiovideoteca de Escritores de Buenos Aires, que, de la mano de Alejandra Correa y Karina Wroblewski, creció a pulmón y hoy atesora la memoria de 80 narradores, poetas y ensayistas.

La buena nueva del portal es que desde enero próximo tendrá un espacio propio en el primer piso del Centro Cultural Recoleta. Habrá allí una sala equipada especialmente para estudiantes, investigadores y público en general, en la que podrán hacerse consultas de los archivos. La producción está digitalizada y el acceso será por medio de computadoras instaladas en la sala. De cara al futuro, son bienvenidos, según explicó Karina Wroblewski a LA NACION, los aportes de los ciudadanos y los amantes de la literatura.

La audiovideoteca contiene, además, fragmentos de entrevistas, cronologías documentales de su vida y su obra, y homenajes a otros autores locales fallecidos. El sitio, al que se accede por el dominio electrónico www.audiovideotecaba.gov.ar , suma secciones con lecturas para chicos, recomendaciones de libros y más de 500 registros históricos con la imagen y la voz de intelectuales vernáculos del siglo XX y XXI.

El material tuvo difusión a través de Ciudad Abierta, la señal televisiva del gobierno porteño, y otras emisiones se conocieron por La 2 x 4, la emisora ciudadana dedicada al tango, que pertenece a Radio Ciudad.

Cuando el registro atesoraba 30 memorias, las realizadoras de la Audiovideoteca de Escritores consultaron a los autores, en una encuesta ad hoc , sobre sus 10 libros de cabecera. La idea, según cuenta Wroblewski, era conocer qué leen los que escriben. "Algunos eligieron puntualmente diez libros. Otros completaron ocho y no faltaron quienes eligieron hasta 13 títulos. Lo curioso fue saber que algunos escritores de procedencias, ideologías y obras muy disímiles coincidieron en la elección de más de un autor."

Voto calificado

Los 30 autores consultados fueron Griselda Gambaro, Daniel Veronese, Eduardo Belgrano Rawson, Liliana Heker, Cristina Siscar, Guillermo Martínez, Tununa Mercado, Luis Gusmán, Germán García, Alan Pauls, Arnaldo Calveyra, Marcelo Cohen, Leónidas Lamborghini, Arturo Carrera, Juana Bignozzi, Alberto Laiseca, Hugo Padeletti, Abel Posse, Abelardo Castillo, Juan Sasturain, Juan José Manauta, Ana María Shúa, Jorge Boccanera, Luisa Valenzuela, Osvaldo Bayer, Guillermo Saccomano, Antonio Dal Masetto, Hugo Mujica, Daniel Samoilovich y Roberto Raschella.

Como no podía ser de otro modo, el escritor más leído resultó ser Jorge Luis Borges, seguido por Franz Kafka. Interesante coincidencia, si se recuerda que fue Borges el primer traductor del autor de El proceso . Si bien los escritores eligieron libros, en realidad votaron a los autores que más influyeron en su vida, porque son imposibles de olvidar, según comentó Wroblewski.

De Borges, los intelectuales, en su mayoría, prefirieron Ficciones , Antología de la poesía gauchesca e Historia de la eternidad , y Obra completa. Kafka cautivó con Los diarios , La metamorfosis , Ante la ley , El proceso y El castillo. De William Faulkner los elegidos fueron El sonido y la furia , Palmeras salvajes, ¡Absalón, Absalón! y Luz de agosto. Los títulos de Hemingway que resultaron más votados fueron El viejo y el mar, Adiós a las armas y Cuentos completos.

Robert Arlt cosechó adhesiones con Los siete locos , Los lanzallamas y su Obra completa. Del poeta peruano César Vallejo, los escritores eligieron su obra poética completa. De Hermann Melville, Moby Dick, y de Joseph Conrad, El espejo del mar y El corazón de las tinieblas.

En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust,y El idiota , Los hermanos Karamazov y Crimen y castigo, de Fedor Dostoievski, completaron el ranking de los más votados. A estos escritores les siguieron la brasileña Clarice Lispector, con Agua viva, Un soplo de vida y sus cuentos, y el italiano Italo Calvino, con Las ciudades invisibles y Seis propuestas para el próximo milenio .

Preferencias

Los dramaturgos Griselda Gambaro y Daniel Veronese repartieron sus preferencias entre las novelas policiales, los ensayos sobre narrativa y la poesía. Borges, Kafka, Proust, Benjamin, Deleuze, Brecht, Barthes y Gombrowicz fueron los elegidos de Alan Pauls, en tanto para su contemporáneo Guillermo Martínez, los más influyentes resultaron Henry James, Lawrence Durres, Italo Svevo, Susan Sontag, además de los locales Borges y Roberto Arlt. La poetisa Juana Bignozzi eligió a Hans Christian Andersen, Cesare Pavese, Erich Fromm, y los franceses Honoré de Balzac y Paul Eluard. Para la narradora Luisa Valenzuela, los más influyentes son Borges, Kafka, Burroughs, Lispector y Cortázar.

Las entrevistas audiovisuales están editadas en tres formatos: video, audio y texto. Además, el equipo de la audiovideoteca trabaja en el inventariado de archivos audiovisuales que están dispersos en instituciones públicas y privadas, para constituir en el portal un archivo único en su tipo.

Por Susana Reinoso
De la Redacción de LA NACION



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